Daba el reloj las doce... y eran doce
golpes de azada en tierra...
...¡Mi hora! - grite-... El silencio
me respondió: -No temas;
tú no verás caer la última gota
que en l clepsidra tiempla.
Dormirás muchas horas todavía
sobre la orilla vieja,
y encontrarás una mañana pura
amarrada tu barca a otra ribera.
Por Antonio Machado, poema que le he leído a mi amiga Claudia, cuando tuvo que cerrar los ojos para abrirlos con nuevos ojos...
25.11.08
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment