Me desbordo,
me desborda.
Me asusta,
me impulsa.
Me hiere,
me esconde,
me engaña,
me enamora.
Me duele.
Me hace ver.
Me insulta.
No me reconoce...
Hay yo mío, que cruel que sos contigo.
21.1.10
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¡Què ruido sin voces! ¡què sol sin astro!, ¡ay, què alegría triste!, ¡què desierto tan lleno y tan sin sombra! ...Y el àrbol solo de mi alma crece raudo, y con sus ramajes ideales lo van guardando todo; y su silencio hùmedo tiende sobre el desierto seco y lleno todo, un campo, nido eterno de soledad, de paz y de dulzura. Por Juan Ramòn Jiménez
1 comment:
los hombros pesan solo cuando le depositás demaciadas cosas sin necesidad.
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